El dolor ha sido creado e institucionalizado por la ignorancia, y se mantiene porque constituye un formidable instrumento de poder. Los enemigos del parto son cuatro: la ignorancia, el miedo, el dolor y la impaciencia.
Nunca antes se consideró el parto como una enfermedad, por lo que jamás se asistió en los hospitales, sino que había unos establecimientos, las maternidades, donde se asistía a las embarazadas que no disponían de un hogar adecuado o que ni siquiera tenían un hogar. En las maternidades no se admitían enfermos, ni en los hospitales, parturientas.
Antes se paría, se comía, se padecían y se curaban las enfermedades en casa; a veces, incluso, se trabajaba en casa, en casa se divertía cada familia a su gusto... Hasta la última y definitiva actividad humana, morir, transcurría en el hogar, y en cualquier actividad la compañía de familiares y amigos estaba asegurada, para reír o llorar juntos.
En la vida moderna, la casa es sólo el lugar donde se duerme, se lava y se viste uno, donde todos están de paso y donde, a veces, la reducida familia son verdaderos desconocidos, y los acontecimientos más importantes, el alfa y el omega de la vida, nacer y morir, se ejecutan fuera del hogar y de la familia, entre aglomeraciones de desconocidos.
1. Confesiones sinceras
2. Un poco de historia
3. Lo lógico y lo ilógico
4. Carta abierta al obstetra del s. XXI
5. Los enemigos del parto en casa
6. ¿Qué es la psicoprofilaxis?
7. Sin miedo y con amor, Consuelo ejerciendo. Testimonios
8. Recapitulando, ¿en qué me he equivocado?
9. Consuelo, poetisa
Editorial: Ob Stare
ISBN: 9788494981494
Publicat:11/2021
Pàgines: 225
Idioma: Castellà
Enquadernació: Rústica
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